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MAURO

 

Warning: Para este Sociodrama se recomienda sentar a los vividores lejos de las escenas ya que se necesita espacio para caminar, y jalar el cuerpo

Personajes:

 

 

 

 

 

 

 

Materiales de personajes:

Encendedor, atuendo de muerte, oz, pintacaras (Corrector bizzu num.7)

Escenario: Los personajes se situaran para describirse en la parte centro – centro donde se colocara un colchón con bebidas embriagantes, cigarros, simulación de droga y basura.

Materiales de escenario:

1.- Colchón

2.- Cervezas

3.- Cigarros

4.- Encendedor

5.- Jeringa

6.- Bolsitas de azúcar g

7.- Basura

8.- Periódico

9.- Botellas

 

 

 

 

 

 

 

Iluminación: Se iluminara con una lámpara reflector color rojo, al personaje principal llamado mauro que será quien estará en escena en todo el momento

Audio: Remorse, Audio de la muerte

Desarrollo:

Este Sociodrama nos cuenta sobre un personaje llamado Mauro el cual llega a su casa muy desesperado por la droga y se tira al colchón a estar fumando, tomando y drogándose, después de un rato llegan sus papas para ayudarlo y sacarlo de ese vicio,

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Temo

Fercho

Gaby Sob.

Victor

Eli

Ángel

Sebastián

Juan

Edgar

Alexia

Dulce

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PRIMERA ESCENA
EL CIELO

Divina:

 

 

Serafinillo:

 

Divina:

 

Serafinillo:

 

 

Divina:

 

Serafinillo:

 

Querubín:

 

Divina:

 

Serafinillo:

 

Querubín:

 

Pureza:

 

 

Divina:

 

Serafinillo:

 

 

Divina:

 

 

Querubín:

 

Divina:

 

Querubín:

Pureza:

 

 

Divina:

 

Pureza:

 

Divina:

 

 

Querubín:

 

Divina:

 

Querubín:

  

Serafinillo:

 

Pureza:

 

Serafinillo:

 

Querubín:

 

 

 

Divina:

 

Querubín:

 

Divina:

 

Pureza:

 

Serafinillo:

 

Cizañito:

 

Divina:

 

 

Cizañito:

Pureza:

 

Querubín:

 

Divina:

 

Querubín:

  

Divina:

 

 

Serafinillo:

 

Cizañito:

 

Serafinillo:

 

Pureza:

 

Serafinillo:

 

Divina:

 

Serafinillo:

 

Divina:

 

Pureza:

 

 

Querubín:

 

Serafinillo:

 

Querubín:

 

 

Serafinillo:

 

Querubín:

Cizañito:

 

Serafinillo:

 

Pureza:

 

Divina:

 

 

 

Cizañito:

 

 

  

Querubín:

  

Pureza:

 

Divina:

 

Pureza:

 

Alma:

  

Serafinillo:

 

Gabriel:

 

Serafinillo:

 

Cizañito:

 

Serafinillo:

 

Cizañito:

 

Gabriel:

 

Divina:

 

Gabriel:

Cizañito:

 

Querubín:

 

Gabriel:

 

Querubín:

 

Gabriel:

 

Divina:

 

Gabriel:

 

Alma:

  

Gabriel:

 

Alma:

 

Gabriel:

 

Alma:

 

Gabriel:

 

Divina:

 

Gabriel:

 

Serafinillo:

 

Gabriel:

Alma:

 

Querubín:

  

Pureza:

Gabriel:

  

Pureza:

 

Gabriel:

 

Querubín:

 

 Gabriel:

 

 

Todos:

Entra música de arpas. Un grupo de ángeles y serafines reunidos en las nubes. Música va saliendo gradualmente. Serafinillo entona a capela una melancólica canción celestial. Otros hacen coro. Cizañito se ve como un ángel que desentona con el resto y no atina el tono de la canción, su vestimenta es burda y lleva la cabeza descubierta.

 

(Entrando)

¿A capela…? ¿Cantan a capela?

 

Están afinando… son ejercicios para as cuerdas bucales, tú sabes Divina, ¿cierto?

 

¿Y la clave? ¿La cítara y el clavicordio, las arpas y el salterio?, ¿Dónde están los instrumentos?

 

(Nervioso)

¿L… los… los instrumentos…?

 

El Segundo Coro de los Ángeles no puede cantar sin música.

 

Las cítaras necesitaban… un ajuste de cuerdas, ¡eso! Un ajuste de cuerdas.

 

La voz también es música

 

(Con suspicacia) Serafinillo…

 

Está bien divina, no los encuentro, creo que… los perdí

 

Te ves preocupado. ¿Pasa algo?

 

Noooooo… puede ser… los instrumentos del Segundo Coro de Ángeles y ahora quien podrá salvarnos, aunque podemos…

 

No pureza no…

 

A los mejor los olvide en el séptimo cielo, después del concierto. Si das tu permiso iré a buscarlos lo más pronto posible.

 

Los vi en el quinto cielo, pero… eso no es tan importante. Ya sabemos cómo eres distraído. Lo que me tiene preocupado es otra cosa…

 

¿Qué es?, ¿tiene solución? La congoja de Dios. ¿Es eso…?

 

Si querubín, pensé que no lo habían notado.

 

El sentimiento se propaga, Divina. Es un secreto a voces. ¿Es por ellos, verdad? Por los hombres.

¡Por los hombres! ¡Por el mundo! ¡Por los que callan y por los que gritan!, ¡Por los que son y por los que piensan!, ¡siempre es por ellos…!

 

No somos quienes para juzgarlos.

 

Es un conjunto de opiniones… generalizadas, pero solo eso, opiniones.

 

¿Qué sabemos nosotros de lo que les causa penas?, ¿qué sabemos de sus misterios?, ¿de sus soledades, de su jubilo?, ¿qué sabemos nosotros de la ira de Dios?

 

¡Vaya que sabemos de la ira de Dios!

 

¿Estas reclamando algo?

 

¿Reclamando…? ¡Por favor, ¿Quién puede reclamar…? ¿Nadie como tú y Miguel saben de la ira de Dios, cierto?

 

¿De qué estás hablando…? ¡Nunca les entiendo nada!  ¡Nada!

 

Antes de ti, Serafinillo… hubo otro tiempo.

 

¡Pues platíquenme, platíquenme…!

 

Lo vimos llorando por lo que sucedió con la esposa de Lot. ¡Llorar por lo del diluvio!

¡Por lo de Sodoma y Gomorra!, Por lo de Job ¿Te acuerdas Divina? ¿Te acuerdas de lo de Job…?

¿Eh? ¿Cómo olvidarlo, verdad?

 

No me gusta tu tono

 

Son opiniones… simple nostalgia por todo aquello.

 

Así empezó una vez una guerra en el Cielo.

 

Cómo olvidarla. ¡Aquella fue una guerra tremenda!

 

Yo no me acuerdo de nada.

 

(En susurro hacia el público) Yo sí me acuerdo

 

Dios no guarda ese tipo de nostalgia. Aquella legión tenía que ser expulsada. En el reino de nuestro Padre no hay espacio para la soberbia

 

(En susurro) ¡En el mío si! ¡hay… mucho lugar!

No deja de ser una guerra

 

Ciertas guerras son necesarias ¿Cierto Divina?

 

No hay paz mala, ni guerra buena

 

Así tenia que ser. ¡Miguel fue un gran guerrero! ¿te acuerdas Divina?, es el mejor soldado de Dios ¿Cierto?

 

Cierto, pero, aun así, no es nada grato ver a nuestros hermanos caídos de la gracia de nuestro Padre. ¿ustedes creen que a Él no le dolió esa guerra absurda?

 

¿De quién hablas?  ¿lo conozco?

 

(Al oído) Si, Serafinillo, lo conoces muy… pero muy bien.

 

¿Quién es?  ¿Cómo se llama?

 

(Impostando la voz, como un gruñido) ¡Luzbel…!

 

¡¿Luzbel…?! ¡Él era un ángel del cielo como nosotros!

 

Sí, como nosotros.

 

¡¿Y qué paso?!

 

¡La envidia!, ¡el celo!, ¡La rabia, Serafinillo...!

 

Comandaba una legión muy grande de ángeles, arcángeles y serafines. Todos lo siguieron. ¡Fue una rebelión gigantesca!, Nunca pudo soportar que los hombres fueran sus favoritos… Y lo siguen siendo. ¿Cierto Divina?

 

Así empezó la guerra

 

¡¿Guerra…?! ¡¿en el cielo…?!

 

Miguel era el mejor soldado de Dios. ¡Y aunque la guerra fue muy cruel, llena de violencia, plagada de batallas feroces! ¡indescriptibles, Serafinillo! Horrendas.

 

¡¿Y qué paso?!

 

San Miguel Arcángel y Gabriel… derrotaron a Luzbel ya toda su legión. Caídos de la gracia de Dios, se convirtieron en demonios y fueron expulsados del cielo.

(Apartándose de todos. Con tristeza.) ¡Todos! ¡Expulsados!

 

¿Y a dónde se fueron?, ¿A dónde los mando mi padre…?

 

¿Al infierno o a la tierra?, ¿a dónde, Divina…?

 

(Con malestar evidente y apretando las mandíbulas.) ¡Tú eres el ángel tercero del cielo!, ¡¡y no me gusta tu tono…!!, ¡¡le debes lealtad!!, ¡¡fidelidad!!, ¡¡si un sentimiento debes contener en la esencia que eres, ese es la gratitud!!, ¡el respeto…!, ¡¡la devoción…!!

 

(Apartado.) ¡De donde vengo, a eso se le llama cólera!, ¡Cólera!, ¡Cólera!, ¡Se contagia…, se propaga rápido!, ¡se vuelve ira…! (se ríe entre dientes.) ¡y la ira nos transforma, nos desdibuja…!, ¡nos vuelve diabólicos!, ¡diabólicos!, ¡diabólicos!, ¡diabólicos! (repite la risa burlona.)

 

Cálmate, Divina. Somos ángeles, no santos. (Pausa.), pero dime, ¿cuál es la razón de la tristeza de nuestro Padre?

 

¡Los hombres!, ¡Siempre los hombres!

 

No sabemos que sean ellos. Pero no lo creo. Todo parece en orden.

 

¡¿En orden…?!, ¡si se están pudriendo en el pecado!, ¡se están ahogando en la ausencia de fe!

 

(Entrando con una trompeta que hace sonar escandalosamente.) Con ustedes: ¡el arcángel Gaaaaabriellllll…!

 

(Aún apartado.) ¿Así serán todas las almas?, ¡¿Tan sangronas?!, Todos le hacen una reverencia.

 

Oí una discusión.  ¿Pasa algo?

 

Me estaban contando de una guerra que…

 

(Corre y le da un sopapo en l cabeza a Serafinillo.) ¡Cállate!, ¡No seas chismoso!

 

¡Ora!, ¿Y tú quién demonios eres?

 

Chitón, va a hablar el mero, mero. Deja ver que es lo que dice.

 

¿Pasa algo?

 

Nada, importante.

 

Es bueno que estén aquí reunidos. Tengo que decirles algo.

Ya puso cara de circunstancia.

 

¿Le pasa algo a Dios?

 

Así es.

 

También tú te ves preocupado

 

Si. Y no es para menos. Trate de convencerlo, pero… Dios tiene un plan.

 

Estamos a tus órdenes. Lo que nuestro Padre disponga.

 

El mundo no anda nada bien, nada bien, y Él ha pensado en destruirlo.

 

¡¿Destruirlo…?!, ¡No puede ser!, ¡¿Por qué¡?, ¡Él siempre se ha sentido muy orgulloso de su creación!

 

¿Me dejas terminar, Alma?

 

Perdón, señor, perdón. Continue.

 

Gracias por tu venia, Alma. (Con ironía.)

 

De nada, adelante.

 

Pero antes de destruirlo… quiere darles la última oportunidad.

 

¿Cuál es el plan?

 

Va a mandar a su Hijo a la tierra, con los hombres.

 

Pobre. Pero de todos modos Él es un Espíritu, como nosotros, no correrá ningún riesgo.

 

Allí está el problema precisamente, Serafinillo. No lo va a mandar como uno de nosotros… sino como un hombre. A su imagen y semejanza, pero ¡de carne y hueso; de sangre y vísceras; de vertebras y piel; de cartílagos, de venas, de nervios, ¡de manos y pies!, sensible a la belleza y a la textura de los cuerpos… por ende… sensible también al dolor. Como un hombre, Serafinillo… como un hombre.

 

(Se hace un silencio pesado. De pronto todos comienzan a hablar al mismo tiempo.)

 

¡Cállense!, ¡Silencio, por favor!, ¡dejen que Gabriel termine de explicarnos!

 

¡No puede ser!, ¡No lo puede enviar al mundo así!, ¡será totalmente vulnerable!, ¡estará expuesto a todo!

 

¡Lo van a hacer pedazos

Sera engendrado, no creado. Y será de la misma naturaleza de nuestro padre por quien todo fue hecho…

 

¡¿Engendrado…dijiste?!

 

(Asiente con pesado movimiento).

 

¿Pero…pero cómo?

 

¡En una mujer… sencilla, llena de nobleza y de virtud, de una gran humildad!

¡Laudable ella, clemente… fiel! Limpia, como un espejo de justicia, transparenten y venerable…

 

¡María!

​​​

SEGUNDA ESCENA
LA ANUNCIACIÓN

 

 

 

Gabriel:

 

 

María:

 

Gabriel:

(Oscuro rápido. Entra música: el Ave María.)

 

En la Tierra: “La Anunciación”

 

(El Ave María continúa. María asomándose por la ventana. Entra el resplandor de fuera. La silueta de Gabriel se recorta a contra luz, luciendo unas enormes alas. El Ave María baja de volumen. María se asoma y luego intenta hincarse ante la aparición del ángel.)

 

(Impide que María se arrodille tomándola del brazo.)

 ¡No, mujer! Soy yo quien se postra ante ti.

 

(Mirándolo anonadada.) ¿A… ante mí…? ¿P…ero…quién soy yo…?

 

Tú, María…eres tú, la Santísima Madre de Dios.

 

(Sube el volumen del Ave María. Oscuro gradual.)

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